Convento franciscano que existió en Madrid, cerca del Real Alcázar, hasta la época de Bonaparte.
El primer edificio, pequeño, fue derribado por orden de Carlos I con motivo de las obras del Alcázar y estaba dedicado a San Miguel de la Sagra. Entonces fue trasladado a la calle San Gil (1536), lindando con San Juan, y cambió su advocación a San Gil, añadiéndole el título de “el Real” por ser parroquia de Palacio. Allí fue bautizado Felipe III quien, al volver a instalar la corte en Madrid, ordenó la extinción de esta parroquia (cuyos feligreses pasaron a San Juan), y sobre ella fundó el convento franciscano de San Gil el Real (22 de mayo de 1606). En 1613 fue reconstruido de nueva planta pero, con motivo de las obras de la plaza de Oriente, fue demolido por orden de José Bonaparte.
San Gil fue un ermitaño de origen griego que vivió entre los siglos VI y VII. Algunas leyendas piadosas lo consideraban un rico heredero emigrado de Marsella y establecido como anacoreta en un bosque, en la desembocadura del río Ródano. Con el tiempo edificó un monasterio. Se le atribuyen algunos milagros y la piedad en el Medioevo lo llamó: Abogado de los pecadores, por haber ayudado en su conversión al Rey Carlos; Protector de pobres, tullidos, arqueros, por haber sido herido por una flecha; Abogado contra el miedo y el incubo, por ayudar a una cierva en peligro; y Defensor contra las enfermedades del cáncer y la epilepsia, llamada "mal de San Gil". Se le consideró uno de los "14 santos auxiliares". Se le representa como anacoreta, con varios atributos: cierva, lirio, flecha clavada en el brazo, dos puertas (regalo del Papa a su monasterio) y un mensaje celeste en una filacteria por haber descubierto un pecado oculto del Rey Carlos y hacérselo confesar.
gilito.
1. adj. y s. Se dice del fraile franciscano descalzo del convento de San Gil, que existió en Madrid.
El primer edificio, pequeño, fue derribado por orden de Carlos I con motivo de las obras del Alcázar y estaba dedicado a San Miguel de la Sagra. Entonces fue trasladado a la calle San Gil (1536), lindando con San Juan, y cambió su advocación a San Gil, añadiéndole el título de “el Real” por ser parroquia de Palacio. Allí fue bautizado Felipe III quien, al volver a instalar la corte en Madrid, ordenó la extinción de esta parroquia (cuyos feligreses pasaron a San Juan), y sobre ella fundó el convento franciscano de San Gil el Real (22 de mayo de 1606). En 1613 fue reconstruido de nueva planta pero, con motivo de las obras de la plaza de Oriente, fue demolido por orden de José Bonaparte.
San Gil fue un ermitaño de origen griego que vivió entre los siglos VI y VII. Algunas leyendas piadosas lo consideraban un rico heredero emigrado de Marsella y establecido como anacoreta en un bosque, en la desembocadura del río Ródano. Con el tiempo edificó un monasterio. Se le atribuyen algunos milagros y la piedad en el Medioevo lo llamó: Abogado de los pecadores, por haber ayudado en su conversión al Rey Carlos; Protector de pobres, tullidos, arqueros, por haber sido herido por una flecha; Abogado contra el miedo y el incubo, por ayudar a una cierva en peligro; y Defensor contra las enfermedades del cáncer y la epilepsia, llamada "mal de San Gil". Se le consideró uno de los "14 santos auxiliares". Se le representa como anacoreta, con varios atributos: cierva, lirio, flecha clavada en el brazo, dos puertas (regalo del Papa a su monasterio) y un mensaje celeste en una filacteria por haber descubierto un pecado oculto del Rey Carlos y hacérselo confesar.
gilito.
1. adj. y s. Se dice del fraile franciscano descalzo del convento de San Gil, que existió en Madrid.
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