Sabio persa (sur de Babilonia c. 216 – Yundisapur 273), fundador del maniqueísmo, religión que representó un duro desafío para el cristianismo durante varios siglos.Pertenecía a una familia aristocrática y fue educado con los mandeos, una secta bautista. Desde niño creyó tener apariciones. Viajó como misionero a la India, donde recibió la influencia del budismo. Bajo la protección del emperador Sahpur I (241–272), predicó por todo el Imperio persa y envió misioneros al Imperio romano. Cuando el emperador Bahram I subió al trono los zoroastristas le convencieron para que arrestara a Mani como hereje. Mani murió al poco tiempo, no se sabe si en prisión o ejecutado (la tradición dice que fue crucificado).
maniqueísmo.
1. m. Secta de los maniqueos.
2. m. peyor. Tendencia a interpretar la realidad sobre la base de una valoración dicotómica.
La doctrina fundamental del maniqueísmo se basa en una división dualista del universo, en la lucha entre el bien y el mal: el ámbito de la luz (espíritu) está gobernado por Dios y el de la oscuridad (problemas) por Satán. En un principio, estos dos ámbitos estaban totalmente separados, pero en una catástrofe original, el campo de la oscuridad invadió el de la luz y los dos se mezclaron y se vieron involucrados en una lucha perpetua. Se logra encontrar el camino de la redención a través del conocimiento del ámbito de la luz, sabiduría que es impartida por sucesivos mensajeros divinos, como Buda y Jesús, y que termina con Mani. Una vez adquirido este conocimiento, el alma humana puede lograr dominar los deseos carnales, que sólo sirven para perpetuar ese encarcelamiento, y poder así ascender al campo de lo divino.
El maniqueísmo se extendió por el este de China y norte de África. San Agustín fue maniqueo durante nueve años, antes de hacerse cristiano. Esta religión desapareció del mundo occidental a principios de la Edad Media, pero su influencia persistió sobre algunos grupos heréticos como albigenses, bogomilos y albicianos.
maniqueo, a.
1. adj. Se dice de quien sigue las doctrinas de Manes, pensador persa del siglo III, que admitía dos principios creadores, uno para el bien y otro para el mal. U. t. c. s.
2. adj. Perteneciente o relativo al maniqueísmo.
3. adj. Dicho del comportamiento: Que manifiesta maniqueísmo. U. t. c. s.
2. m. peyor. Tendencia a interpretar la realidad sobre la base de una valoración dicotómica.
La doctrina fundamental del maniqueísmo se basa en una división dualista del universo, en la lucha entre el bien y el mal: el ámbito de la luz (espíritu) está gobernado por Dios y el de la oscuridad (problemas) por Satán. En un principio, estos dos ámbitos estaban totalmente separados, pero en una catástrofe original, el campo de la oscuridad invadió el de la luz y los dos se mezclaron y se vieron involucrados en una lucha perpetua. Se logra encontrar el camino de la redención a través del conocimiento del ámbito de la luz, sabiduría que es impartida por sucesivos mensajeros divinos, como Buda y Jesús, y que termina con Mani. Una vez adquirido este conocimiento, el alma humana puede lograr dominar los deseos carnales, que sólo sirven para perpetuar ese encarcelamiento, y poder así ascender al campo de lo divino.
El maniqueísmo se extendió por el este de China y norte de África. San Agustín fue maniqueo durante nueve años, antes de hacerse cristiano. Esta religión desapareció del mundo occidental a principios de la Edad Media, pero su influencia persistió sobre algunos grupos heréticos como albigenses, bogomilos y albicianos.
maniqueo, a.
1. adj. Se dice de quien sigue las doctrinas de Manes, pensador persa del siglo III, que admitía dos principios creadores, uno para el bien y otro para el mal. U. t. c. s.
2. adj. Perteneciente o relativo al maniqueísmo.
3. adj. Dicho del comportamiento: Que manifiesta maniqueísmo. U. t. c. s.
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