Gran serpiente de la mitología griega, hija de Gea, la madre Tierra, nacida del barro que quedó en la tierra después del gran diluvio. El monstruo vivía en una gruta cerca de lo que luego fue Delfos, sobre el monte Parnaso, y allí custodiaba el oráculo. El dios Apolo mató a la Pitón, exigió el oráculo para sí y desde entonces fue conocido como Apolo Pitio. Se dice que el dios había establecido los Juegos Píticos para celebrar su victoria. En la ilustración, Pitón y Apolo.
Pytho.
1. s. Geogr. ant. Antiguo nombre de la antigua ciudad griega de Delfos, emplazamiento del famoso oráculo del dios Apolo, situada en la ladera suroccidental del monte Parnaso, en la región de Fócida, a 9,5 km del golfo de Corinto. Considerada por los antiguos griegos el centro de la tierra, Delfos fue sede del oráculo de la diosa de la tierra Gaya. Según la leyenda, Apolo derrotó a la monstruosa serpiente Pitón, que custodiaba a Gaya y la expulsó del santuario, el cual después compartió con el dios Dionisio. En el 480 a. C. fracasó un ataque persa a Delfos debido a un terremoto atribuido a Apolo. Los focenses (habitantes de Fócida), que se habían apoderado de nuevo de Delfos y de sus tesoros en el 356 a. C., fueron derrotados en el 346 a. C. por el rey Filipo II de Macedonia en la tercera Guerra Sagrada. Hacia finales de ese mismo siglo, la Liga Etolia controló Delfos. La riqueza de la ciudad la convirtió en objetivo de sucesivos ataques, incluida la incursión de los celtas el 279 a. C. Tras la conquista romana de Grecia y sobre todo con la expansión del cristianismo, Delfos decayó. La mayoría de su arte y tesoros fueron confiscados por los romanos, en particular por el emperador Nerón, quien se llevó 500 estatuas. Sin embargo, el oráculo continuó hasta el 390 d. C., año en que lo cerró el emperador Teodosio I.
pítico, ca.
Pytho.
1. s. Geogr. ant. Antiguo nombre de la antigua ciudad griega de Delfos, emplazamiento del famoso oráculo del dios Apolo, situada en la ladera suroccidental del monte Parnaso, en la región de Fócida, a 9,5 km del golfo de Corinto. Considerada por los antiguos griegos el centro de la tierra, Delfos fue sede del oráculo de la diosa de la tierra Gaya. Según la leyenda, Apolo derrotó a la monstruosa serpiente Pitón, que custodiaba a Gaya y la expulsó del santuario, el cual después compartió con el dios Dionisio. En el 480 a. C. fracasó un ataque persa a Delfos debido a un terremoto atribuido a Apolo. Los focenses (habitantes de Fócida), que se habían apoderado de nuevo de Delfos y de sus tesoros en el 356 a. C., fueron derrotados en el 346 a. C. por el rey Filipo II de Macedonia en la tercera Guerra Sagrada. Hacia finales de ese mismo siglo, la Liga Etolia controló Delfos. La riqueza de la ciudad la convirtió en objetivo de sucesivos ataques, incluida la incursión de los celtas el 279 a. C. Tras la conquista romana de Grecia y sobre todo con la expansión del cristianismo, Delfos decayó. La mayoría de su arte y tesoros fueron confiscados por los romanos, en particular por el emperador Nerón, quien se llevó 500 estatuas. Sin embargo, el oráculo continuó hasta el 390 d. C., año en que lo cerró el emperador Teodosio I.
pítico, ca.
1. adj. Perteneciente o relativo a Apolo.
2. m. Sobrenombre de Apolo.
juegos píticos. m. pl. Según la tradición, estos juegos fueron instituidos por el propio Apolo para celebrar su victoria sobre la serpiente Pitón. Al principio consistían en un sencillo concurso musical celebrado cada ocho años, concurso que era precedido de una procesión religiosa. A partir de 582 a. C., tras la victoria de la Liga Anfictionía sobre la ciudad focense de Cirra, fueron reorganizados y trasladados a la llanura de Crisa, donde se celebraban cada cuatro años bajo la presidencia de los hieromnémonos; entonces había certámenes poéticos y dramáticos, carreras y ejercicios atléticos: los premios, trípodes al principio, fueron luego coronas de laurel. Los juegos fueron cantados por el poeta Píndaro y perduraron hasta finales del siglo IV d. C.
pitio, tia.
1. adj. Perteneciente o relativo a Apolo, considerado como vencedor de la serpiente Pitón.
2. adj. Se dice ordinariamente de ciertos juegos o certámenes que se celebraban en Delfos en honra de Apolo.
3. f. Profetisa que emitía oráculos en nombre de Apolo, en Delfos. En origen era una joven virgen, pero luego hubo tres que tenían más de cincuenta años y que se turnaban en sus funciones. La pitia entraba en trance cuando se encaramaba sobre un trípode encima del abismo o grieta sagrada y aspiraba las emanaciones gaseosa que de allí ascendían; entonces, los sacerdotes interpretaban sus incoherentes palabras como mensajes de Apolo, y así ejercían su influencia política en el mundo griego.
2. m. Sobrenombre de Apolo.
juegos píticos. m. pl. Según la tradición, estos juegos fueron instituidos por el propio Apolo para celebrar su victoria sobre la serpiente Pitón. Al principio consistían en un sencillo concurso musical celebrado cada ocho años, concurso que era precedido de una procesión religiosa. A partir de 582 a. C., tras la victoria de la Liga Anfictionía sobre la ciudad focense de Cirra, fueron reorganizados y trasladados a la llanura de Crisa, donde se celebraban cada cuatro años bajo la presidencia de los hieromnémonos; entonces había certámenes poéticos y dramáticos, carreras y ejercicios atléticos: los premios, trípodes al principio, fueron luego coronas de laurel. Los juegos fueron cantados por el poeta Píndaro y perduraron hasta finales del siglo IV d. C.
pitio, tia.
1. adj. Perteneciente o relativo a Apolo, considerado como vencedor de la serpiente Pitón.
2. adj. Se dice ordinariamente de ciertos juegos o certámenes que se celebraban en Delfos en honra de Apolo.
3. f. Profetisa que emitía oráculos en nombre de Apolo, en Delfos. En origen era una joven virgen, pero luego hubo tres que tenían más de cincuenta años y que se turnaban en sus funciones. La pitia entraba en trance cuando se encaramaba sobre un trípode encima del abismo o grieta sagrada y aspiraba las emanaciones gaseosa que de allí ascendían; entonces, los sacerdotes interpretaban sus incoherentes palabras como mensajes de Apolo, y así ejercían su influencia política en el mundo griego.
No hay comentarios:
Publicar un comentario