m. Nombre que en la Grecia Antigua daban al fuego de Santelmo (o de San Telmo) cuando los fuegos eran dos; si había un solo fuego lo llamaban Helena. Se trata de un meteoro ígneo que, al hallarse muy cargada de electricidad la atmósfera, suele dejarse ver en los mástiles y vergas de las embarcaciones, especialmente después de la tempestad. El fenómeno toma su nombre de Erasmo de Formia (San Telmo), patrón de los marineros, quienes habían observado el fenómeno desde la antigüedad y creían que su aparición era de mal agüero. ORIGEN
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