expr. coloq. que se utiliza en la región para indicar que alguien anda despistado, atolondrado. El dicho se debe a la calificación popular que obtuvo el señor de Arbeca (Duque de Cardona) cuando era citado por cuestiones políticas a las Cortes Catalanas en Barcelona; era frecuente que el duque no estuviese al corriente de los acontecimientos, cosa no extraña si tenemos en cuenta que Arbeca se encuentra alejada de la capital. ORIGEN
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